La ausencia de financiación para empresas sigue siendo uno de los mayores problemas al que se enfrentan las medianas y pequeñas empresas españolas, por el mantenimiento de la restricción del crédito por parte de los bancos y cajas de ahorro (las pocas que existen). Esa es una de las grandes conclusiones del Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial en su edición del mes de diciembre del 2014, que publica CEPYME. Curiosamente la falta de financiación para empresas sólo preocupa menos que el incremento de la cartera de clientes, aunque para el 23,40% de las Pymes la financiación es el problema principal. Porcentaje sólo superado por Grecia, entre nuestros vecinos europeos. Lo que refleja la división entre las economías del norte y las del sur de Europa, donde la situación económica todavía sigue siendo muy difícil. Según el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de CEPYME, durante todo 2014 la financiación para empresas se ha seguido deteriorando. Sobre todo en el sector inmobiliario, donde la caída del crédito sigue siendo muy alta a pesar de los años transcurridos desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España.

La crisis financiera internacional golpeó con especial virulencia a las empresas españolas, en especial a las más pequeñas. De hecho muchas tuvieron que cerrar por falta de liquidez, ante la restricción de la financiación para empresas que llegó a provocar la no renovación de miles de pólizas de crédito. Verdadero colchón financiero interno de muchas pequeñas empresas durante muchos años. Y años después, la financiación para empresas sigue siendo difícil de conseguir además de cara. Lo que ha hecho que muchas empresas se hayan tenido que acostumbrar a funcionar a través de financiación propia, ante la falta de crédito de ningún tipo por parte de los bancos.

Sien embargo la situación financiera no es igual para todas las empresas. Según el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de CEPYME, las grandes empresas sí que están recibiendo financiación. Concretamente más de la mitad de las operaciones de crédito nuevas corresponden a financiación para grandes empresas. Mientras que para las pymes el porcentaje es del 32,50%. Teniendo en cuenta que la mayor parte del tejido empresarial y del empleo se concentra en pequeñas y medianas empresas, su falta de financiación pone en peligro su superviviencia y por lo tanto la recuperación del empleo en España. Pero la situación de la financiación para empresas de pequeño tamaño es aún peor que para el conjunto de las pymes. Puesto que las microempresas concentran sólo el 13,40% del crédito otorgado al conjunto de las pymes.

Créditos dudosos, impagos y morosidad en empresas

El otro gran apartado del Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de CEPYME, hace referencia a los créditos dudosos, impagos y morosidad en las empresas. Al igual que pasa con la financiación, la situación es muy diferente según disminuye el tamaño de la empresas. Por ejemplo los créditos dudosos que pueden transformarse en impagos, ascienden al 28% entre las pymes y llega al 31,70% entre las microempresas. Diferencias fruto de la capacidad de estudiar la solvencia de los clientes así como de las políticas para conceder crédito de cara a prevenir impagos. En cuanto a la morosidad comercial sigue bajando aunque muy poco, puesto que durante el tercer trimestre del 2014 el Indicador Sintético de Morosidad Empresarial (ISME) se situó en 94,30 puntos por el recorte experimentado en el periodo medio de pago. También baja el volumen de efectos comerciales y pagarés impagados, gracias a la mejoría de las situación económica en general que ha permitido un repunte de la actividad empresarial. Por sectores la construcción deja de ser el más moroso de todos, ocupando su puesto las pymes del sector textil con un periodo medio de cobro de 96,2 días. Frente a los 95 días de cobro de las empresas de la construcción. Algo que ocurre por primera vez desde el inicio de la crisis financiera e inmobiliaria. Y al igual que ocurría con el crédito para empresas, la morosidad también varía mucho en función del tamaño de las empresas. Siendo la parte más débil las microempresas por su escaso poder de negociación. Por lo que además de tener menos financiación de los bancos, tienen que afrontar un periodo de cobro medio de 77 días. Aunque las medianas y pequeñas empresas aún tienen un plazo de cobro mayor, con 84 y 82 días respectivamente. Esto nos da una idea de los problemas de financiación a los que se enfrentan las pymes en nuestros país, puesto que tienen que financiar con fondos propios el crédito que conceden a sus clientes. Que además se puede  transformar en un importante volumen de impagos futuros.

Pero no todas las conclusiones sobre morosidad empresarial son buenas. Puesto que el coste de los impagados sigue siendo muy alto para la situación financiera de las empresas. Según el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de CEPYME el crédito entre empresas en situación de morosidad se situó en el 70,50% del crédito comercial total. Lo que supone un aumento de 1,7 puntos más respecto del segundo trimestre del 2014.

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